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Sobre Orissa[1]

Mariana Bernárdez y Bernardo Ruiz

La poesía de Jayanta Mahapatra es una reflexión en torno al tiempo y al quehacer poético en íntima relación con la existencia. Poeta alejado de la lengua inglesa moderna, afirma: "me violentan las palabras de hoy, quizá porque yo sea como lo antiguo". La presente entrevista se dio en una casa del centro histórico. La grabación llena de ecos, se detuvo en diversos momentos de la charla. Los que escuchábamos oíamos otra voz, quizá una llamada sobre nuestros propios pensamientos o intuiciones. Juzgue el lector la charla en torno al poemario Relaciones.

 

Relaciones

MB-BR: ¿Me gustaría hacerle una entrevista acerca de su libro Relaciones, donde creo que no sólo escribe poemas sino que habla de la poesía?

JM: No he podido olvidar que escribí Relaciones durante tres ó cuatro años. Me ayudó a definirme, sabía que existía algo oculto en mí, una extrañeza, y estos poemas me hicieron tomar conciencia del extraño que soy, me develaron mi intra-ser.

Relaciones es un libro donde hablo de Orissa, mi país, del cual no queda ninguna gloria pasada. Su estado actual me hizo ir hacia su pasado y encerrarme entre éste y el presente; de aquí que el tiempo sea un factor axial en el desarrollo del poemario.

Creo que toda poesía trata de saltar las fronteras del tiempo. Había cumplido 50 años, 50 años habían pasado y había algo que quería hacer, quizá no había tiempo suficiente, o estaba usando el lenguaje del tiempo para huir del tiempo mismo. No lo sé, hay riesgos en la vida, de esto no tengo que hablar. En este poemario busco integrar los límites del tiempo. A final, en el último poema, trato de despedirme de mi culpa presente por saberme mejor que mis conciudadanos, hombres y mujeres, de las personas que han estado en mi vida, de cosas:

Miedo de mi culpa, me despido de ti.

Cuando las olas vienen, seguidas una de otra,

el silencio y el ruido,

también la princesa perdida y el árbol de magnolia,

un canto se eleva de la celosía de piedra del panal

para aprehender estos huesos donde

un agua gris de sangre se extiende hacia el futuro.

Es difícil hablar de la tierra, al menos que seas uno con ella, uno con el aire, uno con el agua, y aún así, no puedes encontrarte. Los matices localistas de Relaciones, reflejan el asombro y el enfrentamiento contra la pobreza constante; por la cual parece que no hemos podido hacer mucho, a pesar de tantos años de Independencia. Eso es lo que me duele, tampoco he podido olvidar la desesperación:

Miro a través del vidrio inflamado de la tarde

y en el corazón de las grandes nubes grises y lluvias lacerantes

los otoños de miles de años

se extienden como hojas, sucias y manchadas con sangre,

sobre las suaves y oscuras piedras de nuestras vidas:

qué puede salvarnos

¿sino el milagro por el que hemos esperado?

Como poeta he tratado de ser honesto, porque el poeta se nutre de aquello que ve y observa. Los poetas son niños que dependen de sus ojos; o mejor, el poeta debe para serlo tener los ojos de un niño para revelar las novedades de las cosas, para describir el éxtasis que proviene también del tacto y del oído, pero sólo podrá escribir de eso, nada más.

Hablar del proceso creativo es difícil. Lo que veo y observo lo pongo en palabras; quizá ese sentimiento repentino que viene a través del lenguaje provoque la creación. No lo sé. Escribir es un acto vital y viviente. No creo en ningún origen, excepto el de no herir a las personas.

Orissa

MB-BR:¿En el libro constantemente hace referencia al mar, al sonido de las olas, al barco. Tiempo y barco?

Orissa hace dos mil años fue una ciudad importante. Los marineros comerciaban con diversos territorios de Indonesia. Aún encuentras pequeñas señales de este intercambio, signos arquitectónicos, templos, vestigios que confirman este comercio marítimo, que de un momento a otro desapareció en de las nieblas.

Las ruinas, los templos, hicieron que reflexionara tratar de imaginar lo ocurrido. Como poeta, debía partir de mi propia honestidad, para mirar a través de los ojos de un niño, para contemplar desde mi interioridad.

Supongo que todos somos poetas, pero una pequeña dosis de sensibilidad se acumula demás en la persona correcta: todos sentimos de la misma manera el viento sobre la piel; la diferencia tal vez radique al tratar de escribir la sensación. Proceso interno que no sé explicar. No sé lo que sucede, es un proceso que se lleva a cabo en alguna parte dentro de ti:

Ahora ni siquiera quieres que escriba mi poema,

con esas palabras que escupen sangre y vomitan

y hablan de la maldad,

pero sólo aquellas que encerraron el viento

y se tienden en las oscuras grietas de la piedra

para dar nacimientos que emergerán en nacimientos más oscuros

que buscan la era -pasto viejo de mi muerte

más allá de su contemplación y su resequedad.

Hablo del exilio de manera personal, Cuando fui mayor tuve amigos con los que compartí muchos ideales. Mis amigos han dejado de serlo porque los perdieron. Se han convertido en otras personas: son prácticos, ricos, poderosos, burócratas. Yo tenía que escribir los sentimientos que esto me provocaba. Creo que esto no debió ocurrir en Orissa. No sé ustedes sepan que el gobierno de la India mantiene a muchos poetas. Incluso, hay muchos que son ministros, burócratas de la cultura, que representan a ciertos sectores de la poesía, pero no a todos. En fin he perdido a mis amigos.

Ante esta situación, existen desacuerdos y expectativas, la mayor parte de los poetas practicantes en las principales lenguas no se han arriesgado, han fracasado al criticar y ver lo que ocurría en este país y entre su gente. El resultado es que la poesía ha sido escrita lejos de la circunstancia social real, eso no debe ser la Poesía; y eso es lo que le duele a las personas conscientes del problema. Los ideales de Gandhi nunca encontraron un camino. La gente ahora es distinta, vive una situación trágica e irónica. Lo que debió suceder, pasó; el ideal ya no existe, fue un sueño que los políticos usaron para sus fines egoístas.

Recuerdo que la semana pasada sumaba a mis amigos,

y sentía como si estuviese en un exilio doloroso:

la amistad es como un estanque de agua

por donde las sombras se mueven y bailan,

y los vientos de duda nublan algunos de los rostros a la deriva,

el sol de la envidia se traga los otros.

Lo que me molesta de la religión es que las personas tienden a olvidar otras cosas en su nombre. En Orissa, la religión y las tradiciones legendarias siguen prevaleciendo, a pesar de que con la reciente libertad económica hemos tratado de modificarlo. Seguimos viviendo entre numerosas ambigüedades. Por ejemplo, si un individuo se convierte en un científico nuclear exitoso, se va a Estados Unidos para especializarse. Al regresar no ha olvidado su tradición cultural, va al templo y celebra los rituales de adoración que se han llevado a cabo durante miles de años, sin saber realmente en qué creer, o sin saber en verdad qué hacer. El significado diario de su vida y estos rituales se encuentran totalmente separados.

Por ello no escribo para mis hijos sino para las generaciones futuras. En general, siento gran desilusión por los poetas de mi tiempo. Miran al futuro con ambición sin darse cuenta que ya llegaron los poetas jóvenes, y que deberían guardar algún bien para ellos, ello no ha ocurrido en Orissa.

 

Física-tiempo-poesía

JM: He enseñado Física toda mi vida, me gusta dar clases, siento que me hace bien, porque enseño algo más que la Física. Cuando observo una mesa, sé que hay más cosas que considerar, hay átomos moviéndose alrededor, hay alteraciones, actos, que permiten establecer un lazo estrecho entre la física y la vida, o entender la física como una vía de explicación de la vida.

Comencé por la Física, así que leí poca poesía y no tenía ideas acerca de ella. Al empezar a escribirla la lectura fue inmediata, los textos fueron diversos, poetas estadounidenses, españoles, latinoamericanos; claro está que en traducción; debo aclarar que no tengo muchas lecturas de literatura inglesa.

En 1976, fuí a Estados Unidos al Taller Internacional de Escritores de Iowa donde conocí a poetas de diversos países, griegos, mexicanos como Ibarguengoitia, y españoles entre otros, con los que pude hablar de poesía. Hay un dar y un recibir, un intercambio que es bueno y necesario porque cualquier creación es una protección -prolongación- de lo que ha sucedido. No estoy escribiendo algo nuevo, cualquier creación o manifestación protege un hecho ocurrido o algo que ya existió. Estamos llenos de mundo y sólo podemos hablar a partir de nuestra experiencia.

Quizá siempre quise dedicarme a la literatura, pero en aquellos tiempos no se contaba con mucha libertad, así que mi padre me dijo: "¿por qué no te dedicas a la física?, eres bueno en las matemáticas y la ciencia."

Estudié física. Creo que hay una relación importante entre un escritor y un físico, la estructura mental lleva a mirar dentro de las cosas, contemplar lo animado y lo inanimado; ayuda a percibir otros aspectos; se da uno cuenta que los tres elementos esenciales del universo son el espacio, el tiempo y la luz: cualquier objeto encuentra sus coordenadas entre ellos. La diferencia entre el físico y el poeta estriba en el lenguaje que emplea para recrear lo que mira.

En Relaciones se hace una constante referencia al tiempo. En las matemáticas existen las integrales. Supongamos que el primer punto de referencial temporal es 1976 y escribo un poema en 1994, a través de tu memoria se revive un sentimiento que vuelve a sentirse y que te permite integrar estos dos momentos de un mismo sentimiento en un poema. El resultado de integrar el pasado y el presente es un poema: un poema es como una integral matemática.

Relaciones, en este sentido, posee diferentes planos temporales que se integran a su vez en otros, una integral de distintas integraciones que permite discurrir entre esas temporalidades. Relaciones habla de las distintas dimensiones del tiempo.

 

El misterio y el tiempo

JM: El misterio siempre me ha fascinado, el tiempo en sí mismo es un misterio, no sabes cuándo empezó ni cómo ha de terminar; la poesía es un misterio que habla de dos cosas básicas que ocurren en la vida: el amor y la muerte.

Cuando uno se enamora no sabe qué sucede: ocurre algo indeterminado. Asimismo cuando se enfrenta uno a la muerte, se enfrenta a lo desconocido; esto también es algo indeterminado.

El vínculo entre la vida y la muerte es el gran viaje, el gran misterio. Incluso el mismo vínculo es misterio. El amor y la muerte son constantes, desde un tiempo inmemorial, en los escritores, porque son el misterio en sí, y aunque tratamos de grabarlo en el papel, no lo logramos; lo que no es posible porque carecemos de la capacidad para hacerlo. La poesía no define el misterio, sin embargo, existen ciertos momentos de iluminación, que no son totales y que aparecen como manchas de luz.

En Relaciones hablo del misterio. Cuando retomo este libro sé que fui más sentimental, ahora procuro no serlo: “también sé que miraba hacia atrás, que me adentraba en mis pensamientos y reflexionaba.”

Podría decir que es un largo poema con 12 cantos; un canto para mí desde mí, un templo; porque el motivo central es un templo del siglo XII, dedicado al sol, que representa el pináculo de la arquitectura de Orissa. Creo que es uno de los templos más hermosos del mundo, aunque queden sólo ruinas de ese pasado glorioso; ruinas que fueron una señal para escribir y, al escribir sumergirme en el proceso de la vida: escribir un poema.


[1]  Bernardo Ruiz y Mariana Bernárdez. "Sobre Orissa: entrevista a Jayanta Mahapatra". Periódico de Poesía. Nueva Época. INBA-UNAM. México. Primavera de 1995.

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